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Lumni Team

Año nuevo, nueva mentalidad: Cambia el chip y logra tus metas




¿Quieres empezar el año nuevo con una nueva mentalidad? ¿Quieres cambiar tu forma de pensar y de actuar para lograr tus metas, tanto personales como profesionales? ¿Quieres aprovechar el inicio de un nuevo ciclo para renovarte y transformarte? Si tu respuesta es sí, entonces este artículo es para ti.


En este artículo, te explicamos cómo cambiar tu forma de pensar y de actuar para lograr tus metas, desde cómo adoptar una actitud positiva y optimista, hasta cómo desarrollar hábitos saludables que apoyen tu nueva mentalidad. Además, te explicamos cómo rodearte de personas que te inspiren y te apoyen en tu nueva mentalidad y cómo resolver algunas preguntas frecuentes sobre el año nuevo y la nueva mentalidad.


Sabemos que cambiar tu forma de pensar y de actuar no es fácil, ni rápido, ni lineal, pero también sabemos que es posible, y que vale la pena. Por eso, queremos ayudarte a que empieces el año nuevo con una nueva mentalidad, que te permita alcanzar tus metas y mejorar tu vida. Recuerda que tener una nueva mentalidad es el primer paso para crear una nueva realidad.


Año nuevo, nueva mentalidad


Para empezar el año nuevo con una nueva mentalidad, lo primero que debes hacer es cambiar tu forma de pensar y de actuar. Tu forma de pensar y de actuar determina tu forma de ser y de vivir, por lo que si quieres cambiar tu realidad, debes cambiar tu mentalidad. Una mentalidad es el conjunto de creencias, actitudes y hábitos que tienes sobre ti mismo, sobre los demás y sobre el mundo.


Una mentalidad puede ser fija o de crecimiento, negativa o positiva, limitante o potenciadora. Para lograr tus metas, debes tener una mentalidad de crecimiento, positiva y potenciadora, que te impulse a mejorar y a avanzar. Para cambiar tu forma de pensar y de actuar, debes seguir estos pasos:


  • Adopta una actitud positiva y optimista. Una actitud positiva y optimista es la que te hace ver el lado bueno de las cosas, la que te hace confiar en tus capacidades y en tus posibilidades, la que te hace esperar lo mejor y no lo peor. Una actitud positiva y optimista te ayuda a sentirte bien, a motivarte y a perseverar, a afrontar y superar los obstáculos y los fracasos, y a atraer y generar oportunidades y beneficios.

  • Define y visualiza tus metas y objetivos. Tus metas y objetivos son los resultados que quieres conseguir, los propósitos que quieres cumplir, los sueños que quieres realizar. Tus metas y objetivos te dan dirección, sentido y satisfacción, te orientan y te guían, te retan y te estimulan. Tus metas y objetivos deben ser claros, concretos, medibles, alcanzables, relevantes y temporales, y debes imaginarlos y sentirlos como si ya los hubieras logrado.

  • Planifica y ejecuta tus acciones y estrategias. Tus acciones y estrategias son los medios que utilizas para lograr tus metas y objetivos, los pasos que das para acercarte a ellos, las herramientas que empleas para facilitarte el camino. Tus acciones y estrategias deben ser coherentes, organizadas, efectivas, flexibles y evaluables, y debes implementarlas y revisarlas de forma sistemática y periódica, y ajustarlas en función de los resultados y los cambios.


Cómo adoptar una actitud positiva y optimista


Para adoptar una actitud positiva y optimista, lo primero que debes hacer es cambiar tu forma de pensar. Tu forma de pensar influye en tu forma de sentir y de actuar, por lo que si quieres tener una actitud positiva y optimista, debes tener unos pensamientos positivos y optimistas. Unos pensamientos positivos y optimistas son los que te hacen ver el lado bueno de las cosas, los que te hacen confiar en tus capacidades y en tus posibilidades, los que te hacen esperar lo mejor y no lo peor. Unos pensamientos positivos y optimistas te ayudan a sentirte bien, a motivarte y a perseverar, a afrontar y superar los obstáculos y los fracasos, y a atraer y generar oportunidades y beneficios. Para cambiar tu forma de pensar y adoptar una actitud positiva y optimista, puedes seguir estos consejos:


  • Identifica y elimina los pensamientos negativos y limitantes. Los pensamientos negativos y limitantes son los que te hacen ver el lado malo de las cosas, los que te hacen dudar de tus capacidades y de tus posibilidades, los que te hacen temer lo peor y no lo mejor. Los pensamientos negativos y limitantes te hacen sentir mal, te desmotivan y te hacen rendirte, te dificultan y te impiden afrontar y superar los obstáculos y los fracasos, y te alejan y te privan de las oportunidades y los beneficios. Para identificar y eliminar los pensamientos negativos y limitantes, puedes seguir estos pasos:

  • Reconoce tus pensamientos negativos y limitantes, siendo consciente de lo que piensas, de cómo piensas y de por qué piensas así. Puedes ayudarte de un diario, de una grabadora o de un amigo para registrar y revisar tus pensamientos.

  • Cuestiona tus pensamientos negativos y limitantes, analizando su veracidad, su lógica y su utilidad. Puedes hacerte preguntas como: ¿Es cierto lo que pienso? ¿Hay evidencias que lo demuestren? ¿Es racional lo que pienso? ¿Hay argumentos que lo sostengan? ¿Es beneficioso lo que pienso? ¿Hay ventajas que lo justifiquen?

  • Sustituye tus pensamientos negativos y limitantes por pensamientos positivos y potenciadores, reformulando y reemplazando lo que piensas, de forma que sea más realista, más razonable y más favorable. Puedes utilizar afirmaciones como: En lugar de pensar que…, puedo pensar que…, o En vez de decirme que…, me puedo decir que…

  • Cultiva y refuerza los pensamientos positivos y motivadores. Los pensamientos positivos y motivadores son los que te hacen ver el lado bueno de las cosas, los que te hacen confiar en tus capacidades y en tus posibilidades, los que te hacen esperar lo mejor y no lo peor. Los pensamientos positivos y motivadores te hacen sentir bien, te motivan y te hacen perseverar, te facilitan y te permiten afrontar y superar los obstáculos y los fracasos, y te acercan y te brindan las oportunidades y los beneficios. Para cultivar y refuerza los pensamientos positivos y motivadores, puedes seguir estos consejos:

  • Busca y enfoca los aspectos positivos de las cosas, reconociendo y valorando lo que hay de bueno, de bonito y de agradable en cada situación, en cada persona y en ti mismo. Puedes hacer una lista de las cosas que te gustan, que te hacen feliz y que te agradecen, y repasarla cada día.

  • Confía y cree en tus capacidades y en tus posibilidades, reconociendo y valorando lo que sabes, lo que puedes y lo que quieres hacer, y lo que has logrado y lo que puedes lograr. Puedes hacer una lista de tus fortalezas, habilidades y competencias, y de tus logros y metas, y repasarla cada día.

  • Espera y anticipa lo mejor de las cosas, reconociendo y valorando las oportunidades y los beneficios que te ofrece cada situación, cada persona y tú mismo. Puedes hacer una lista de las oportunidades y los beneficios que te esperan, que te atraen y que te generas, y repasarla cada día.

  • Afronta y supera los obstáculos y los fracasos. Los obstáculos y los fracasos son las dificultades y los contratiempos que te encuentras en el camino hacia tus metas y objetivos, y que pueden hacerte desviar, detener o retroceder. Los obstáculos y los fracasos son inevitables e impredecibles, pero no son insuperables ni definitivos. Los obstáculos y los fracasos pueden ser una oportunidad para aprender, mejorar y crecer, si los afrontas y los superas con una actitud positiva y optimista. Para afrontar y superar los obstáculos y los fracasos, puedes seguir estos consejos:

  • Acepta los obstáculos y los fracasos con madurez y responsabilidad, sin negarlos ni ignorarlos, ni culpar a los demás ni a ti mismo. Reconoce la realidad y asume las consecuencias, sin dramatizar ni victimizarte.

  • Analiza los obstáculos y los fracasos con objetividad y crítica, sin exagerarlos ni minimizarlos, ni juzgar a los demás ni a ti mismo. Identifica las causas y los efectos, sin generalizar ni personalizar.

  • Supera los obstáculos y los fracasos con optimismo y determinación, sin rendirte ni desistir, ni conformarte ni resignarte. Busca soluciones y alternativas, sin desanimarte ni frustrarte.


Cómo desarrollar hábitos saludables que apoyen tu nueva mentalidad


Para desarrollar hábitos saludables que apoyen tu nueva mentalidad, lo primero que debes hacer es cambiar tu forma de actuar. Tu forma de actuar influye en tu forma de pensar y de sentir, por lo que si quieres tener una nueva mentalidad, debes tener unos hábitos saludables. Unos hábitos saludables son los que te hacen cuidar tu salud física y mental, gestionar tu tiempo y tu energía, y mejorar tu aprendizaje y tu crecimiento. Unos hábitos saludables te ayudan a sentirte bien, a rendir mejor y a progresar más, a prevenir y resolver problemas y conflictos, y a disfrutar y aprovechar la vida. Para cambiar tu forma de actuar y desarrollar hábitos saludables que apoyen tu nueva mentalidad, puedes seguir estos consejos:


  • Cuida tu salud física y mental, practicando una alimentación equilibrada, una actividad física regular y una higiene del sueño adecuada. Tu salud física y mental es la base de tu bienestar y de tu rendimiento, por lo que debes cuidarla y protegerla. Una alimentación equilibrada, una actividad física regular y una higiene del sueño adecuada te ayudan a mantener y mejorar tu salud física y mental, a prevenir y combatir enfermedades y trastornos, y a sentirte más fuerte, más ágil y más vital. Para cuidar tu salud física y mental, puedes seguir estos consejos:

  • Practica una alimentación equilibrada, consumiendo alimentos variados, nutritivos y naturales, y evitando alimentos procesados, azucarados y grasos. Come cinco veces al día, en cantidades moderadas y a horas regulares. Bebe al menos dos litros de agua al día, y limita el consumo de alcohol, café y refrescos. Mastica bien y despacio, y disfruta de la comida.

  • Practica una actividad física regular, realizando ejercicios aeróbicos, anaeróbicos y de flexibilidad, que te hagan mover todo el cuerpo y trabajar todos los músculos. Haz al menos 30 minutos de actividad física al día, tres veces por semana, y elige una actividad que te guste y te divierta. Calienta antes y estira después, y respeta tu ritmo y tus límites. Viste ropa y calzado cómodos y adecuados, y respira bien y profundamente.

  • Practica una higiene del sueño adecuada, siguiendo un horario regular de sueño, que te permita dormir entre siete y ocho horas al día, y que se adapte a tu ciclo circadiano. Evita las siestas largas y tardías, y las actividades estimulantes o estresantes antes de dormir. Crea un ambiente propicio para el sueño, que sea oscuro, silencioso y fresco. Utiliza el dormitorio solo para dormir y para el sexo, y evita el uso de dispositivos electrónicos en la cama. Relájate y medita antes de dormir, y levántate con energía y optimismo.

  • Gestiona tu tiempo y tu energía, estableciendo una rutina, una agenda y unas prioridades. Tu tiempo y tu energía son recursos limitados y valiosos, por lo que debes gestionarlos y optimizarlos. Una rutina, una agenda y unas prioridades te ayudan a organizar y planificar tu tiempo y tu energía, a cumplir con tus funciones, responsabilidades y compromisos, y a equilibrar tu vida personal y profesional. Para gestionar tu tiempo y tu energía, puedes seguir estos consejos:

  • Establece una rutina, creando y manteniendo unos hábitos diarios, semanales y mensuales, que te permitan estructurar y ordenar tu tiempo y tu energía, y que se adapten a tu ritmo y a tus necesidades. Define y respeta tus horarios de trabajo, de estudio, de ocio, de descanso, etc. Crea y sigue unas rutinas matutinas y nocturnas, que te preparen para el día y para la noche. Sé flexible y adaptable, y haz cambios cuando sea necesario.

  • Establece una agenda, anotando y programando tus actividades, tareas y eventos, que te permitan aprovechar y distribuir tu tiempo y tu energía, y que se ajusten a tus objetivos y a tus prioridades. Utiliza una agenda física o digital, que sea fácil de usar y de consultar. Anota y programa todo lo que tengas que hacer, desde lo más importante hasta lo más trivial. Revisa y actualiza tu agenda cada día, cada semana y cada mes. Sé realista y previsor, y deja espacios para lo imprevisto.

  • Establece unas prioridades, clasificando y ordenando tus actividades, tareas y eventos, según su importancia y su urgencia, y según tu disponibilidad y tu capacidad. Utiliza una matriz de priorización, que te ayude a decidir qué hacer, cuándo hacerlo y cómo hacerlo. Asigna un nivel de prioridad a cada actividad, tarea o evento, desde lo más prioritario hasta lo menos prioritario. Dedica más tiempo y energía a lo más prioritario, y delega, pospone o elimina lo menos prioritario. Sé selectivo y enfocado, y no te distraigas ni te disperses.

  • Mejora tu aprendizaje y tu crecimiento, buscando y aprovechando las oportunidades de formación y desarrollo. Tu aprendizaje y tu crecimiento son la clave de tu mejora y tu progreso, por lo que debes mejorarlos y potenciarlos. Las oportunidades de formación y desarrollo te ayudan a ampliar y actualizar tus conocimientos, habilidades y competencias, a resolver y prevenir problemas y conflictos, y a innovar y crear soluciones y oportunidades. Para mejorar tu aprendizaje y tu crecimiento, puedes seguir estos consejos:

  • Busca las oportunidades de formación y desarrollo, explorando y descubriendo las fuentes, los recursos y las actividades que te ofrecen información, conocimiento y experiencia, y que se relacionan con tus intereses, tus objetivos y tus necesidades. Pueden ser cursos, talleres, seminarios, libros, artículos, podcasts, videos, etc. Elige y utiliza las fuentes, los recursos y las actividades que más te convengan y te aporten, y que se adapten a tu tiempo, tu energía y tu presupuesto.

  • Aprovecha las oportunidades de formación y desarrollo, asimilando y aplicando la información, el conocimiento y la experiencia que obtienes de las fuentes, los recursos y las actividades que utilizas. Para asimilar la información, el conocimiento y la experiencia, puedes utilizar técnicas de estudio, como leer, subrayar, resumir, esquematizar, memorizar, etc. Para aplicar la información, el conocimiento y la experiencia, puedes utilizar técnicas de acción, como practicar, experimentar, probar, etc.

  • Evalúa las oportunidades de formación y desarrollo, midiendo y comprobando los resultados y los beneficios que te aportan las fuentes, los recursos y las actividades que utilizas. Para medir y comprobar los resultados y los beneficios, puedes utilizar indicadores y criterios objetivos, como notas, certificados, reconocimientos, etc. Para mejorar y progresar en tu formación y desarrollo, puedes utilizar técnicas de feedback, como autoevaluarte, pedir opinión, recibir consejo, etc.


¿Qué hacer si no tengo claras mis metas y objetivos para el año nuevo?


Si no tienes claras tus metas y objetivos para el año nuevo, no te preocupes ni te agobies. Puedes seguir estos consejos:


  • Reflexiona sobre tus intereses, tus valores y tus propósitos, pensando en lo que te gusta, lo que te importa y lo que quieres hacer, tanto en el ámbito personal como en el profesional, tanto en el corto como en el largo plazo. Puedes hacer una lista de tus intereses, tus valores y tus propósitos, y ordenarlos según tu grado de importancia y de prioridad.

  • Explora tus posibilidades, tus capacidades y tus oportunidades, pensando en lo que puedes, lo que sabes y lo que quieres hacer, tanto en el ámbito personal como en el profesional, tanto en el corto como en el largo plazo. Puedes hacer una lista de tus posibilidades, tus capacidades y tus oportunidades, y ordenarlas según tu grado de factibilidad y de conveniencia.

  • Elige tus metas y objetivos, combinando tus intereses, tus valores y tus propósitos, con tus posibilidades, tus capacidades y tus oportunidades, y buscando el equilibrio y la armonía entre ambos. Puedes hacer una lista de tus metas y objetivos, y ordenarlos según tu grado de motivación y de desafío.

Si te cuesta cambiar tu forma de pensar y de actuar, no te desesperes ni te frustres. Puedes seguir estos consejos:


  • Sé paciente y perseverante, reconociendo que el cambio es un proceso lento, gradual y complejo, que requiere tiempo, esfuerzo y constancia. No pretendas cambiar de la noche a la mañana, ni te compares con los demás, ni te exijas demasiado. Respeta tu ritmo y tus límites, y celebra tus avances y tus logros, por pequeños que sean.

  • Sé flexible y adaptable, reconociendo que el cambio es un proceso dinámico, variable e incierto, que requiere adaptación, ajuste y corrección. No te aferres a tus ideas, opiniones o hábitos, ni te resistas a los cambios, ni te cierres a las novedades. Abre tu mente y tu corazón, y acepta los desafíos, las sorpresas y las oportunidades que te ofrece el cambio.

  • Sé positivo y optimista, reconociendo que el cambio es un proceso positivo, beneficioso y enriquecedor, que requiere motivación, confianza y esperanza. No te dejes llevar por el miedo, la duda o el pesimismo, ni te centres en los problemas, los riesgos o los inconvenientes. Enfoca tu atención y tu energía en las soluciones, los beneficios y las ventajas que te aporta el cambio.

Si te desanimo o te rindo ante las dificultades o los contratiempos, no te sientas culpable ni fracasado. Puedes seguir estos consejos:


  • Reconoce y acepta tus emociones, siendo consciente de lo que sientes, de cómo lo sientes y de por qué lo sientes, y expresando y liberando tus emociones de forma sana y constructiva. Puedes hablar con alguien de confianza, escribir un diario, practicar una actividad artística, etc. No reprimas ni niegues tus emociones, ni las dejes que te dominen o te paralicen.

  • Busca y recibe apoyo, siendo consciente de que no estás solo, de que hay personas que te quieren y te apoyan, y de que puedes contar con ellas para lo que necesites. Puedes pedir ayuda, consejo o consuelo a tus familiares, amigos, compañeros, profesionales, etc. No te aísles ni te encierres, ni te avergüences ni te sientas débil por pedir o recibir apoyo.

  • Recupera y mantén la motivación, siendo consciente de que tienes razones y recursos para seguir adelante, de que puedes superar las dificultades y los contratiempos, y de que puedes lograr tus metas y objetivos. Puedes recordar y reforzar tus motivaciones, tus capacidades y tus posibilidades, y visualizar y sentir tus metas y objetivos. No pierdas de vista ni dejas de lado lo que quieres y puedes hacer, ni te olvides ni te alejes de lo que quieres y puedes conseguir.

Si no ves resultados o avances en tus metas y objetivos, no te preocupes ni te desanimes. Puedes seguir estos consejos:


  • Revisa y evalúa tus metas y objetivos, siendo consciente de lo que has hecho, de cómo lo has hecho y de qué resultados has obtenido, y comparando tus resultados con tus expectativas. Puedes utilizar indicadores y criterios objetivos, como números, porcentajes, fechas, etc., para medir y comprobar tus resultados y avances. No te fíes solo de tu percepción o de tu intuición, ni te dejes influir por tu estado de ánimo o por tu emoción.

  • Reconoce y celebra tus resultados y avances, siendo consciente de que has logrado algo, de que has mejorado algo y de que has avanzado algo, y valorando y agradeciendo tu esfuerzo, tu trabajo y tu constancia. Puedes premiarte, felicitarte o compartir tus resultados y avances con los demás, y disfrutar y aprovechar los beneficios y las ventajas que te aportan. No minimices ni ignores tus resultados y avances, ni te compares ni te envidies con los demás, ni te conformes ni te acomodes con lo que has logrado.

  • Mejora y progresa en tus metas y objetivos, siendo consciente de que puedes lograr más, de que puedes mejorar más y de que puedes avanzar más, y buscando y aplicando formas de optimizar y potenciar tu rendimiento, tu trabajo y tu constancia. Puedes buscar y seguir consejos, recomendaciones o ejemplos de otras personas que han logrado tus metas y objetivos, o que han mejorado y progresado en ellos. No te estanques ni te limites con tus resultados y avances, ni te resistas ni te opongas a las mejoras y los progresos.

Si te aburres o te estancas en tus acciones y estrategias, no te desmotives ni te frustres. Puedes seguir estos consejos:


  • Varía y diversifica tus acciones y estrategias, siendo consciente de que hay diferentes formas de hacer las cosas, de que puedes probar y experimentar nuevas formas, y de que puedes aprender y disfrutar con ellas. Puedes cambiar el orden, el ritmo, el lugar, el tiempo, etc., de tus acciones y estrategias, o puedes incorporar elementos nuevos, diferentes, divertidos, etc., a tus acciones y estrategias. No te encasilles ni te encierres en una sola forma de hacer las cosas, ni te aburras ni te canses de hacer siempre lo mismo.

  • Revisa y ajusta tus acciones y estrategias, siendo consciente de que hay formas mejores de hacer las cosas, de que puedes mejorar y optimizar tus formas, y de que puedes obtener y generar mejores resultados. Puedes analizar y evaluar tus acciones y estrategias, identificando sus fortalezas y debilidades, sus ventajas y desventajas, y buscando y aplicando formas de potenciar y corregir tus acciones y estrategias. No te conformes ni te resignes con una forma de hacer las cosas, ni te estanques ni te limites con tus resultados.

  • Innova y crea tus acciones y estrategias, siendo consciente de que hay formas nuevas de hacer las cosas, de que puedes inventar y desarrollar tus propias formas, y de que puedes sorprender y marcar la diferencia con ellas. Puedes investigar y explorar nuevas fuentes, recursos y herramientas, que te ofrezcan información, conocimiento y experiencia, y que se relacionen con tus acciones y estrategias, o puedes combinar y fusionar diferentes formas, creando y generando formas originales, únicas y creativas. No te limites ni te restringes a las formas existentes de hacer las cosas, ni te copies ni te repitas con tus formas.

Si quieres cambiar o ampliar tus metas y objetivos, no te sientas inseguro ni insatisfecho. Puedes seguir estos consejos:


  • Reflexiona sobre las razones y los objetivos de tu cambio, siendo consciente de lo que quieres y de lo que necesitas, de lo que te motiva y de lo que te desafía, de lo que te beneficia y de lo que te aporta. Puedes hacer una lista de las razones y los objetivos de tu cambio o ampliación, y ordenarlos según tu grado de importancia y de prioridad.

  • Prepara tu cambio, actualizando y adaptando tu perfil, tu plan y tu agenda, y buscando y postulando a nuevas oportunidades y beneficios. Puedes revisar y modificar tu perfil, tu plan y tu agenda, teniendo en cuenta tu nuevo cambio o ampliación, y buscando el equilibrio y la armonía entre ambos. Puedes explorar y descubrir nuevas oportunidades y beneficios, que se ajusten a tu nuevo cambio o ampliación, y que se adapten a tu tiempo, tu energía y tu presupuesto.

  • Comunica tu cambio, informando y agradeciendo a las personas que te inspiran y te apoyan, y solicitando referencias y recomendaciones. Puedes decirles o escribirles lo que has decidido y por qué, lo que esperas y necesitas, y lo que agradeces y valoras. Puedes pedirles que te den referencias y recomendaciones, que te orienten y aconsejen, que te presenten y recomienden.


Esperamos que este artículo te haya sido de utilidad y que te haya ayudado a empezar el año nuevo con una nueva mentalidad, que te permita alcanzar tus metas y mejorar tu vida. Recuerda que tener una nueva mentalidad es el primer paso para crear una nueva realidad.


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